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sábado, 5 de octubre de 2013

No hay poder político sin poder económico. El que tiene poder económico es porque tiene poder político.


Saramago disocia el poder económico del político y esta división es interesante para hacer un inciso superficial de esa circunstancia que señala Saramago.
Antes de la existencia del Estado de Bienestar la política era respecto a la economía la supervisión del "libre mercado" y el control de las aduanas y los impuestos. Sin embargo el poder político consistía fundamentalmente en la capacidad de hacer leyes, el control de la policía, la judicatura, el control de la propaganda, la contrapropaganda y del sistema educativo, el ejercito, etc. Ahora la política tanto de derechas como de izquierdas en el Estado de Bienestar, tiene, aparte de todo el poder político que ostentaban anteriormente, un enorme peso y poder directo en la economía general. La economía en el Estado de Bienestar tiene un poder creciente en casi todas las naciones. Es una economía que en gran parte se está convirtiendo en una economía de "pesebre" en el que pastan las empresas privadas y públicas en número cada vez más creciente. Además la economía del Estado tiene un número cada día más importante de empresas públicas que intervienen y compiten o son monopolios de casi todos los sectores de la economía. En algunos momentos la incompetencia burocrática y el gasto desmesurado asfixian a las empresas públicas y entonces después de sanearlas las "privatizan" o traspasan la gestión o actividad a contratistas privados, o al menos por un tiempo. Pero eso no cambia nada de su relación con el poder del Estado. Aunque se privaticen no dejan de estar supeditadas de algún modo al Estado, porque el estado sigue teniendo la responsabilidad de los servicios públicos aunque estén en manos privadas. Por lo tanto se trata de una existencia en una especie de "pesebre" permanente nutrido de subvenciones, pagos y/o compras de bienes y servicios, y todo ello abonados con los presupuestos del Estado que pagamos todos. Hoy en día es cada vez menos posible el poder económico sin el poder político. No hay poder político sin poder económico. El que tiene poder económico es porque tiene poder político. El que tiene poder político tiene que tener necesariamente poder de decisión económica. No es posible el poder económico de los obreros o de cualquier otra clase si no tienen el poder político y ese poder ni lo tienen ni han tenido nunca. Los obreros y los pequeños empresarios no han tenido ni tienen poder de decisión económico directo en ningún sistema político existente o que haya existido. Existen prebendas o privilegios para acallar o contentar las reivindicaciones y escaramuzas de los lobbies, grupos de presión, sindicatos, entidades profesionales, etc., pero sin poder político directo no tienen ningún poder económico en las decisiones importantes. Solo los enredos de los políticos hacen creer la ilusión de que los obreros tienen poder político y de decisión directa en la economía. Si no estás en  la jerarquía de ese poder político no tienes poder económico en cualquiera de las circunstancias que sean. Es una ilusión pensar que sin poder político directo se puede controlar la economía y por lo tanto los abusos del poder al que muy bien se refiere Saramago aunque al parecer le ha cogido un poco por sorpresa.



1 comentario:

  1. Desafortunada mente, la gran mayoría de personas, regalan su voto por un plato de comida, y luego juzgan por tener dirigentes sin sentido de pertenencia.

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